El acoso callejero es un asunto de seguridad importante especialmente para las mujeres, quienes representan la mayoría de denuncios basados en comentarios sexuales no deseados, caricias e intimidación. El 81% de las mujeres y el 43% de los hombres han sufrido alguna forma de acoso sexual en su vida , según una encuesta realizada en 2018 por Stop Street Harassment (SSH). A las mujeres, les siguen los hombres que se auto identifican como gays, bisexuales y transgénero, siendo los segundos más acosados a través de insultos homofóbicos/ transfóbicos como la forma más frecuente de acoso. Aunque navegar este problema puede parecer un instinto básico de supervivencia, los estudios muestran que el acoso en la calle afecta la salud psicológica, el uso de los espacios públicos por parte de las mujeres, el transporte público y la calidad de vida en general. Desde un punto de vista más positivo, actualmente existen alrededor del mundo estrategias que abordan esta cuestión y to
Las comunidades son su gente. Ya sea que las personas estén reunidas por tecnología, causas sociales, un vecindario o cualquier otro interés, los resultados comunitarios reflejan el compromiso y empoderamiento activo de los miembros en sus roles. Las siguientes son lecciones importantes que obtuve durante los últimos 9 años siendo un miembro activo en comunidades de diversos campos , así como en la gestión de muchas de estas. Desde grupos étnicos hasta mujeres, emprendedores, activistas, comunidades tecnológicas, asociaciones de vecinos y muchas otras, en mi experiencia estos grupos organizados comparten más expectativas de gestión de las que se esperan. 1. Dar antes de recibir. ¿Tienes una necesidad apremiante con la que tu comunidad puede ayudar? Recibir ayuda es una situación más grata cuando es merecida, una vez que se han establecido relaciones de valor. Asegúrate de haber ayudado a los demás primero, tu necesidad será entonces compartida por las demás personas, de la