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Adriana, llevando la luna a todas las mujeres


En 2015 conocí una mujer dulce y tímida que me impactó en su trato suave y casi infantil siendo una emprendedora adulta. Con el tiempo, me daría cuenta que en ella se escondía una mujer firme y de un impacto muy relevante en su comunidad

Su nombre es Adriana Bernal, una colombiana de 31 años que desde el 2015 decidió dedicar sus días a promover un producto que hoy inspira a miles de mujeres alrededor del mundo a descubrirse en su feminidad: la copa menstrual.
En 2014 Adriana conoció la copa menstrual en Cali (Colombia) a través de una amiga Danesa que las vendía en su tiempo libre. Su primera reacción fue de rechazo y escepticismo (como muchas mujeres experimentan inicialmente ante este producto), pero llegó el día en que finalmente se dio la oportunidad de experimentarla.
Desde ese día, me enamoré. Yo hago mucho deporte y me sentía muy cómoda, hasta olvidaba que estaba menstruando. Con el tiempo, me interesé en temas como por qué mi flujo cambiaba en ciertos momentos o mi cuerpo y capacidades se sentían distintas. Leía cada vez más del ciclo menstrual y cómo conectamos con la luna. Cuando contaba mi experiencia a otras mujeres, se interesaban también. Así, empecé a distribuir copas menstruales con La Lunera.
Este dispositivo reemplaza las opciones de higiene menstrual desechables como toallas higiénicas y tampones. Aquí podemos compararlos rápidamente y les invito a informarse más sobre este magnífico producto.
A primera vista, Adriana luce como una mujer delicada, de pocas palabras e intervenciones tímidas, pero una vez las personas le abren su corazón y reconocen su presencia, ella se empodera de su discurso celebrando la feminidad
La copa y el ciclo menstrual me ayudaron a generar una conexión con mi cuerpo y lo que mi corazón y mi mente desean. Empecé a soñar de forma más creativa sobre mi vida y cumplía mis propósitos de forma más eficiente y sana. Por ejemplo, aprendí que la menstruación es un momento de limpieza y trato dejar ir mis miedos y sanar relaciones. Poco a poco me empodero sobre mi destino y esto quiero replicarlo con todas las mujeres.

Su camino no ha sido fácil, pero su resiliencia es permanente.
Al principio vendía una copa mensual y me daba mucha emoción. Hay muchas mujeres que todavía tienen tabús y asco al hablar de menstruación. Mi vocabulario incluía palabras del ciclo menstrual que generaban rechazo y eso me desmotivaba. Además ha sido un proceso de romper paradigmas, como el del cuerpo perfecto y cómo aceptarnos. Ha sido un reto muy grande, hasta en lo personal.
En respuesta a esto, Adriana se concentró en crear espacios de educación que resolvieran todas las dudas que las mujeres tuvieran respecto al ciclo y la copa menstrual.
Con otros equipos, creamos ciclos de talleres llamados “Mujer es tú turno” sobre el ciclo menstrual y lunar, ginecología natural, anticoncepción y los beneficios de la copa menstrual. ¡Me conecté con muchas mujeres! También diseñamos la agenda lunar, una herramienta para generar conciencia sobre el ciclo menstrual. Ahora vendo 42 copas al mes.
Con sus talleres a nivel nacional y ventas totales de más de 1950 copas menstruales en Colombia, Adriana calcula que sus compradoras en Colombia, le ahorrarán al planeta 64.5 toneladas de toallas higiénicas y tampones, el equivalente en peso a 10 elefantes africanos.


Su visión del futuro es positiva y crítica, motivándonos a tener una relación más estrecha con nuestro cuerpo.
Siento que la mujer se llena cada vez más de valor para eliminar prejuicios hacia la menstruación y recibe más información para conectar con su cuerpo. Considero que ha habido un despertar. Siento que la educación sobre menstruación debe venir de la energía materna y de los colegios para educar de forma diferente sobre el cuerpo.
Queridas lectoras, cada una de nosotros elige sus batallas. En mi opinión, es sano y además nos llena de poder el elegir una sola. Así concretamos esfuerzos, encaminamos acciones, aprendemos a profundidad de un tema y reconocemos su progreso.

Les invito a (re)conectar con ese tema que llega a ustedes de forma profunda, que despierta sus discursos, que les conmueve el alma y les despierta a la acción. Me considero afortunada de inspirarme en personas como Adriana, quien ha elegido celebrar el poder femenino de la menstruación y ha desarrollado estrategias para lograrlo. Es una mujer de la que todas podemos aprender.