Ir al contenido principal

Egoístas, pero no mezquinas

Hay algo de esta tendencia feminista que nos invita a ser egoístas. Un derecho que poco hemos ejercido porque tendemos a vivir con la certeza de que hay alguien más importante que nosotras en quién pensar. Pareja, hijos, familia, amigos, el planeta, todos necesitan atención



Al final del día, atender nuestras necesidades como mujeres pasa a un segundo plano. Es parte de nuestra energía femenina reconocer las necesidades ajenas, así como sentir empatía física y mental por los demás. Sentimos hambre antes que nuestro ser querido y corremos a alimentarle, prevenimos las circunstancias porque pensamos a futuro, sentimos el sufrimiento del mundo y buscamos sanarlo…

¿Y nosotras? ¿Cómo cuidar de nosotras si pasamos el tiempo cuidando a los demás?

La invitación hoy es a regalarnos lo que el mundo ya puso frente a nosotros y podemos tomar entre las manos. El autocuidado, el placer, un cuerpo feliz, un intelecto activo, pasión por lo propio, tiempo para lo que yo quiera, y lo más importante: todo libre de culpa.





Nuestra fuerte conexión con la vida nos hace sentir responsables del planeta y culpables cuando no hacemos lo suficiente. Es hora de dejar ir las culpas que cargamos con tanta terquedad. Somos dueñas de lo que hacemos y por eso merecemos también hacer por y para nosotras.

Eso no nos hará mezquinas de ninguna manera. La nobleza y generosidad de la mujer son innatas como para pensar que desaparecerán porque nos queramos más. Al contrario, entre más amor aprendamos a tenernos, más amor tendremos para dar y entre más felicidad guardemos en el corazón, más habrá para contagiar.




¿Qué tal hacer una lista de eso que te encantaba y que hace un tiempo no haces ya? Escribe, visualiza, analiza. Seguro habrás tenido razones de peso para dejarlo ¿pero qué tal retomar eso que tanto te gusta? ¿Qué tan difícil puede ser, una vez que dejes de inventar excusas?

¿O qué tal la lista de lo que hace tanto tiempo has querido hacer y aún no te animas? Si te hace feliz.. ¿por qué no?

Es cierto, el mundo no gira a tu alrededor, pero definitivamente tú sí puedes ser el centro de tu mundo*


*(y si te cuesta creerlo… recuerda que los demás lo agradecerán)