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Mujeres y boicots de consumo



Los boicot de consumo (de la palabra boycott en inglés) son decisiones personales que tomamos sobre no consumir un producto puntual, una determinada marca o comprar de una empresa específica porque no conectamos con sus principios, la causa que promueven o su cultura empresarial. Conocer las empresas detrás de esos productos nos permite saber que nuestra prosperidad apoya los principios en los que creemos.

Las mujeres realizamos entre el 70 y el 85% de las compras de consumo. Los boycots de consumo (o “buycots”) se basan en apelar a tus principios como persona y (re) direccionar las marcas que eliges como consumidor. Todos estamos en nuestro poder de elegir lo que comemos, vestimos, usamos, contratamos.

¿Y las mujeres...de qué maneras podemos aportar?


Maquillaje y cuidado del cuerpo sin sufrimiento animal



¿Te incomodaría saber que para llegar a varios de tus productos de higiene y vanidad, animales como conejos, ratones, cuis o simios han sido maltratados? Esto es más común de lo que pensamos y poco regulado, pero existen varias marcas que se han certificado “libres de crueldad”.

PETA ofrece listas actualizadas sobre las empresas que aún testean en animales y las que no. Descubramos por nuestra cuenta qué productos nos hacen bien no solo a nosotras y nuestro bolsillo, sino también a los animales.

Mi favorita personal es la marca LUSH a escala internacional y Spoon Ecologic en Latinoamérica (colombianos). Ambas empresas de productos hechos a mano, con ingredientes frescos naturales, no testeados en animales y en empaques reciclados


Políticas claras de inclusión e igualdad de género



Las ofertas de trabajo con restricción de género y estado civil son solo algunos de los comunes obstáculos con los que las mujeres se enfrentan a diario para encontrar trabajo. Pierden la oportunidad de ocupar un puesto por ser madre o mujer.

No se trata únicamente de contratar mujeres sino de garantizar a todos los empleados el mismo trato digno y justo. Que las mujeres se sientan valoradas y respetadas por las empresas en las que trabajan, además de ser apoyadas en situaciones vulnerables. Aunque este aspecto es muy complejo de rastrear en nuestros consumos, estar informadas de la actualidad del mundo nos acerca  a conocer el trabajo periodístico de quienes investigan rigurosamente los casos de abuso y desigualdad de género en las corporaciones. Así, nos hemos enterado de escándalos de varias empresas que dejaron mucho por desear como los de Uber, Snapchat o Alibaba entre otros.


Higiene menstrual amigable con el medio ambiente



¿Sabías que los desechos en higiene menstrual que genera una mujer en su vida fértil, tardarán en promedio 500 años en biodegradarse? En tu vida fértil podrías consumir hasta 12.000 toallas, calcularon nuestras amigas de La Lunera.

¿Por qué necesitamos consumir toallas y tampones habiendo alternativas amigables con el medio ambiente, cómodas, seguras y económicas? La copa menstrual, las toallas de tela y los tampones ecológicos son solo algunos de estos productos. Especialmente la copa menstrual ofrece incluso mayor comodidad, practicidad y economía que los métodos convencionales. Y por si fuera poco, te permite comprender mucho mejor tu menstruación… todo esto mientras cuidas el ambiente!


Condiciones de trabajo dignas



Los “sweatshops” o fábricas de explotación y trabajo esclavo son cada vez más comunes en países como Sri Lanka, Bangladesh (entre muchos otros!) Especialmente la industria de la moda, se aprovecha de este tipo de trabajo, al punto que parece ser más la regla  que la excepción…

Así, el costo de comprar ropa barata es mucho más alto del que pensamos. Podría significar mujeres trabajando en pañales porque no tienen permiso de ir al baño o trabajando en edificios de infraestructura insegura e inestable, sin beneficios de salud o pensión, sin un trato humano básico.

Por eso, informarnos sobre las condiciones de trabajo que las grandes marcas ofrecen a sus empleados es una responsabilidad que tenemos como consumidores. Busquemos periodistas y activistas hablando al respecto en Internet, sepamos qué tipo de trabajo es el que resulta en los productos que consumimos.


Moda + cuidado = sostenibilidad



¿Realmente necesitamos ese aceite para el cabello extraído de una palma en vía de extinción o un suéter cuya marca contamina indiscriminadamente el planeta?

La producción de ropa por si sola, es responsable por ⅕ de la contaminación industrial de agua en el mundo y del 6,7% de las emisiones de gases de efecto invernadero, sumándole la producción de zapatos, alcanza el 8,1%. Esto es a causa del modelo de negocio de las grandes cadenas de ropa, producir en masa para vender cada vez más frecuentemente, a más personas, por precios extra económicos.

Marcas como Reformation en Estados Unidos, se basa en usar tecnología y prácticas eco amigables en producción de materiales, técnicas de tintura, manufactura de la ropa, empaque, venta, distribución, cuidado de la ropa y reciclaje de ropa, lo que además puedes leer en sus reportes anuales de sostenibilidad. Además, los consumidores pueden comparar el impacto ambiental de las prendas de esta marca vs otras marcas en el mercado. Este tipo de empresas promueve la manufactura de ropa como una práctica responsable del medio ambiente ¿Por qué no buscar una empresa similar en tu localidad?


NO a los estereotipos y cosificación de la mujer



¿Por qué comprar de una marca que de entrada nos presentan a las mujeres como un producto más? Hay marcas abiertamente sexistas usando el cuerpo femenino para promover cualquier producto y que entienden la mujer como objetos de placer. Y en eso se basa también el valor agregado del producto, da el permiso de poseer mujeres.

Para empeorar el problema, hay marcas que se promueven desde los estereotipos de género en los que ser homosexual está mal, solo hay un estándar bello de mujer, las mujeres estamos incompletas sin ciertos productos y solo cumplimos con roles de limpieza, cuidado y cocina. ¿Por qué apoyar las marcas que te minimizan?



Recordemos que nuestro consumo es una manera de enriquecer a otros, así que las invito a asegurarnos que compartamos nuestra prosperidad con marcas y productos coherentes con nuestros principios. Sepamos que a través de nuestro consumo, también impactamos positivamente a comunidades, ecosistemas y nuestra vida misma.